Bandini, sigue andando, no muy alto pero sí fornido, orgulloso de su musculatura, apretando los puños para complacerse con la alegría salvaje de los bíceps, estúpido y temerario Bandini, que no teme nada salvo lo desconocido en un mundo de maravillas y misterios. ¿Resucitan los muertos? Los libros dicen que no, la noche grita que sí. Tengo veinte años, he alcanzado la edad de la razón, estoy a punto de meterme por las calles de abajo, en busca de una mujer. ¿Está ya mancillada mi alma? ¿Doy media vuelta? ¿Me vigila algún ángel? ¿Calman mis temores las plegarias de mi madre? ¿Me turban las plegarias de mi madre?
John Fante
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