jueves, 23 de julio de 2009

El Vampiro - Baudelaire en Las Flores del Mal

Tú que en mi corazón doliente entraste
como una cuchillada, tú que has sido
la que ha venido a mí como un tropel
de demonios, engalanada y loca,
para hacer de mi espíritu humillado
tu lecho y tu dominio; tú, la infame,
a cuyo cuerpo estoy siempre sujeto
como el forzado atado a la cadena,

como al azar el jugador tenaz,
igual que está el borracho a la botella,
igual que a la carroña los gusanos,
¡oh, maldita mil veces, sé maldita!

He suplicado a la veloz espada
que quiera hacerme libre nuevamente,
y al pérfido veneno le he pedido
que acudiera en ayuda de un cobarde.

Pero, ¡ay!, ambos, la espada y el veneno
me han dado una respuesta desdeñosa:
“No eres digno de ser emancipado
de tu maldita esclavitud.
¡Imbécil!

Si acaso de su imperio nuestro esfuerzo
pudiese liberarte, bastarían
tus besos para hacer que reviviera
el cadáver aquel de tu vampiro.”


traducción de Carlos Pujol

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