martes, 13 de mayo de 2008

29 (El curioso incidente del perro a medianoche - Mark Haddon)

La gente me provoca confusión.
Eso me pasa por dos razones principales.
La primera razón principal es que la gente habla mucho sin utilizar ninguna palabra. Siobhan dice que si uno arquea una ceja puede querer decir montones de cosas distintas. Puede significar «quiero tener relaciones sexuales contigo» y también puede querer decir «creo que lo que acabas de decir es una estupidez».
Siobhan también dice que si cierras la boca y expeles aire con fuerza por la nariz puede significar que estás relajado, o que estás aburrido, o que estás enojado, y todo depende de cuánto aire te salga por la nariz y con qué rapidez y de qué forma tenga tu boca cuando lo hagas y de cómo estés sentado y de lo que hayas dicho justo antes y de cientos de otras cosas que son demasiado complicadas para entenderlas en sólo unos segundos.
La segunda razón principal es que la gente con frecuencia utiliza metáforas

Se murió de la risa
Era la niña de sus ojos
Tenían un cadáver en el armario
Pasamos un día de mil demonios
Tiene la cabeza llena de pájaros


La palabra metáfora significa llevar algo de un sitio a otro, y viene de las palabras griegas μετα (que significa de un sitio a otro) y φερειν (que significa llevar), y es cuando uno describe algo usando una palabra que no es literalmente lo que describe. Es decir, que la palabra metáfora es una metáfora.
Yo creo que debería llamarse mentira porque no hay días de mil demonios y la gente no tiene cadáveres en los armarios. Cuando trato de formarme una imagen en mi cabeza de una de estas frases me siento perdido porque una niña en los ojos de alguien no tiene nada que ver con lago que le guste mucho y te olvidas de lo que la persona decía.
Mi nombre es una metáfora. Significa que lleva a Cristo y viene de las palabras griegas χριστος (que significa Jesucristo) y φερειν, y fue el nombre que le pusieron a san Cristóbal porque cruzó un río llevando a Jesucristo.
Eso te hace pensar en como se llamaría Cristóbal antes de cruzar el río con Jesucristo a cuestas. Pero no se llamaba de ninguna manera porque ésa es una historia apócrifa, lo cual significa que es, también, una mentira.
Madre solía decir que Christopher era un nombre bonito porque es una historia sobre ser amable y servicial, pero yo no quiero que mi nombre se refiera a una historia sobre ser amable y servicial. Yo quiero que mi nombre se refiera a mí.

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